martes, 11 de abril de 2017

“El Indio Solari representa la figura de un hechicero”



A un mes del trágico concierto en Olavarría, dos investigadoras de la Universidad de Flores reflexionan sobre un fenómeno de reminiscencias religiosas

Un recital, trescientos mil asistentes, dos muertos y centenares de heridos y varados. Poco hay para agregar a las categóricas cifras que dejó el concierto del Indio Solari en Olavarría. Los medios se encargaron, en los días posteriores, de dejar al descubierto una cadena de responsabilidades que abarca al municipio, al gobierno provincial, a la compañía productora y hasta al propio Solari. Este fenómeno de masas deja múltiples aristas sociales, culturales, antropológicaspara el análisis, aunque no son muchas las que adoptan el punto de vista de quienes lo conforman. ¿Qué motiva a una multitud de personas congregarse ante un espectáculo en el que las chances de disfrutar de la música son relativas y la integridad física no está exenta de riesgo?

El Indio Sólari, un fenómeno de masas único

Las licenciadas Mercedes Olivera y Paola Prozzillo, psicólogas e investigadoras de la Universidad de Flores, integran un proyecto que articula personalidad, religiosidad y espiritualidad, conceptos que bien pueden vincularse con las características de esta celebración masiva.  “Más allá del gusto por la música –reflexiona Olivera–, la convocatoria es para presenciar un ritual, con todos sus elementos: una figura mesiánica y una serie de ritos, como ir en caravana o consumir alcohol. En nuestro proyecto tratamos de diferenciar lo que es espiritualidad de lo que es religiosidad, que es donde encuadramos a este fenómeno. Tiene que ver lo la adherencia a normas y a ritos en un contexto social, a diferencia de la espiritualidad, que obedece más a un desarrollo personal y a la búsqueda de la autorrealización”. Una opinión similar tiene Prozzillo: “Estos recitales están en el marco de una cultura hedonista. Estar ahí significa experimentar placer inmediato. La espiritualidad, en cambio, está relacionada con la trascendencia”.

No es nueva la impronta religiosa que se le quiere otorgar a los conciertos del Indio Solari. Ya en la época de los Redonditos de Ricota, los seguidores convocaban a las “misas ricoteras”. ¿Es Solari un pastor para aquellos feligreses que atraviesan el país, muchas veces sin medir consecuencias, para verlo actuar? “Desde una mirada antropológica, yo creo que representa más bien la figura del hechicero: la eficacia de su magia aparece convalidada a partir de la creencia en sí mismo, la creencia del enfermo’ y la opinión colectiva, que permite el reconocimiento del hechicero como tal”, sostiene Olivera. “Además parece responder a una necesidad social de una figura que convoque. Quizás desde lo político uno puede pensar en la adhesión a una idea, en cambio desde lo musical se trata de un fenómeno único. El hecho social excede ampliamente el interés que despierta el  artista y se constituye como un fenómeno del que todos quieren formar parte”, agrega Prozzillo.


Alrededor de 300 mil personas desbordaron el predio de Olavarría

La mística que se generó alrededor de Solari, de quien prácticamente nada se sabe más allá de sus contadas apariciones públicas, y el modo de llevar adelante sus conciertos  ––sin sponsors y con la publicidad justa para que una legión acuda al llamado– alimenta la fascinación en sus seguidores. “El Indio está posicionado desde un lugar de anticapitalismo, de anticonsumismo y de una serie de cuestiones que tienen que ver con cómo organiza sus recitales. Pero veo que no siempre es consecuente con lo que predica. Él aporta la estructura que cada uno a través de la identificación pone el significado”, asegura Olivera. Y agrega que la lírica del cantante, encriptada y sujeta a diversas interpretaciones por parte de sus fans, contribuye a esta liturgia: “El credo es una serie de postulados que la religión toma como válidos, con lo cual podría hacerse una analogía con las letras de las canciones. La adherencia al ‘credo’ condensa verdades de fe que se convierten  en incuestionables”.

En definitiva, según las especialistas, en la figura del líder está lo que no necesariamente representa la realidad de una persona, sino los atributos que se han depositado y proyectado sobre ella. “No hay cuestionamientos, sólo fe”, concluyen.

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