Oscar y Juan Ponce son padre e
hijo.
Cursaron y se recibieron juntos
en la carrera de Seguridad, Higiene y Control Ambiental de la Facultad de Ingeniería de
la UFLO. Una historia académica y de vida muy particular.
La historia comienza cuando Juan,
luego de finalizar una tecnicatura, busca completar sus estudios y alcanzar el
título de Licenciado en Seguridad e Higiene. Esta decisión une el destino
académico de Oscar Ponce (60) y Juan Ponce (32). Ambos protagonistas de una
historia que, más allá de sus lazos directos y las diferencias de edad, los
iguala en una relación muy particular como profesionales especializados.
Oscar, quien ya ostentaba título
de Veterinario y había finalizado su tecnicatura en Seguridad e Higiene, tomó
la delantera en la decisión de cursar en la Facultad de Ingeniería de la UFLO la licenciatura en
Seguridad, Higiene y Control Ambiental. Juan se sumó y así iniciaron una
aventura profesional que culminó en un acto de colación donde cada uno recibió
su propio diploma de Licenciado.
Cuenta Oscar, el padre: “Vinimos
a la UFLO una
vez comenzada las clases. Esto fue en el 2011. Les dije que con Juan Eduardo,
mi hijo, queríamos incorporarnos para hacer la licenciatura. Me escucharon y me
brindaron todo el apoyo. Me dieron todas las facilidades. Me abrieron las
puertas de par en par. Me facilitaron la llegada. Y la condición para ingresar
era que me tenía que poner al día con las clases. Así comenzamos, junto con mi
hijo, en los mismos cursos. Nuestro recorrido en la Universidad fue con
muy buenas notas, es más los dos hemos sido premiados con la mención de honor.
U.I. ¿Juan (hijo) vos pasás
directamente de la secundaria para hacer tu tecnicatura anterior?
(Juan) No, no fue directamente. La
verdad es que primero estudié hotelería en una universidad del Gran Buenos
Aires, lo terminé, y empecé a trabajar en un hotel. Sinceramente, la tarea no
me gustó, en absoluto. Fue tan mala la experiencia que “juré” que nunca más
trabajaría en el negocio hotelero. Luego trabajé en talleres mecánicos porque
me encantan los autos, las motos y demás. Al tiempo me di cuenta que tampoco
era mi vocación. No me gustaba lo que tenía que hacer.
Así fue que casi por necesidad,
para no quedarme sin trabajo, le pedí un puesto al jefe de mi padre, y en la
actualidad también el mío, el Ing, Mario Spataro. Le dije que lo haría sólo por
los viáticos. Me respondió que me daba el trabajo si yo me dedicaba a estudiar.
Y así lo hice.
Empecé a trabajar una semana
antes de anotarme en el instituto. Terminé la tecnicatura y después se dio la
oportunidad de terminar la licenciatura en la UFLO , y también lo hice. Con lo cual cumplí con
mi promesa.
Después que empecé, mi viejo se
entusiasmo y arrancó en la tecnicatura un cuatrimestre más atrás. Él me siguió
porque se dio cuenta que estaban buenos los contenidos de las materias, no
porque necesitará el título para su trabajo.
Juan también estudió Hotelería y Oscar es veterinario |
U.I. ¿Qué te pasó cuándo llegaron
los dos juntos a la misma aula?
(Juan) Y, no es fácil.
Si mal no recuerdo la primera materia fue matemática y la segunda biología. Él
es veterinario por lo cuál creo que algo sabe de biología, digamos que tiene
otro nivel. La docente y mi viejo hablaban en un nivel y nosotros no. Entonces
había cuarenta personas que estaban en la misma situación que yo. Yo llegaba a
casa y le decía a mí vieja: ¡Coséle la boca! Hablaban en un idioma a nivel
biológico que nosotros no teníamos ni idea. Y todos te miran y te dicen:
¡Callalo a tu viejo!
(Oscar) No, para nada. Desde que
fui a la UBA , que
le agradezco la libertad de pensar, y le retribuyo a la UFLO los conceptos académicos
que recibí. Siempre fui de la idea de sacarle todo el provecho que se puede al
docente. Como ya tengo 60 años, no tengo 24 como tienen ellos, eso me llevaba
que en algunas clases o en algunas materias puntuales quería indagar,
investigar un poco más y hacía preguntas que a ellos los aburrían o no lo
entendían.
U.I. ¿Y te pudiste acomodar al cómo
cursar una cátedra después de tanto tiempo? Se presupone que hay una actitud
dialógica en el aula, una relación implícita entre los docentes, con los
compañeros, entre todos.
(Oscar) Yo como padre cursar con
mi hijo no me era una carga, la carga era de él al estar en el mismo curso que el padre. No sentía
diferencias y me sentía orgulloso. Creo que he aportado a la formación de mi
hijo. Agrego que después de haberme recibido, después de estar ya en la
profesión y encontrarme con otros pare se puede evidenciar el excelente nivel
académico con el que cuenta la
UFLO.
U.I. Vos decías que le enseñaste
muchas cosas que tratás de transmitirle pero él, tu hijo, en el aula, ¿qué te
transmitía?
(Oscar) Varias cosas. Primero que
yo llegaba a casa y estudiábamos juntos. Preparábamos los exámenes juntos, y yo
lo veía, no cómo a mi hijo sino como un compañero excelente, con gran
capacidad. Aprendí mucho con él y yo traté de enseñarle lo que sabía. Hemos
aprobados exámenes con muy buenas notas, y con muy buen nivel. Para mí, como
experiencia, fue sumamente positiva
U.I. ¿Qué ganaste en tenerlo a tu
papá en la misma aula?
U.I. ¿Y tus compañeros, los de tu
edad, qué te decían?
(Juan) Una compañera creía que
era mi hermano. Le dije: ¡Nacieron 30 millones de personas entre él y yo! Se
mataba de risa. Pero es cierto que no es común que un padre y un hijo estudien
la misma carrera y en un mismo curso. Hasta los docentes comentaban: es la
primera vez que me toca darle clases al padre y al hijo juntos. Cuando pasaban
lista decían: Ponce 1, Ponce 2.
Juan: "repetiría la experiencia con mi hijo"
Oscar: "la única herencia que le dejo a mis hijos es el conocimiento"
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U.I. Si el día de mañana se da
nuevamente la posibilidad, en este caso que vos vayas a estudiar con tu hijo,
¿qué cosas tomarías y que cosas dejarías?
(Juan) No tengo por ahora la
experiencia de ser papá, pero te lo digo a la distancia: trataría de ser por lo
menos la mitad de paciente que fue mi padre conmigo. Repetiría la experiencia
con mi hijo, desde ya. Por lo que él me dice, el cursar juntos fue gratificante
para él. Es por esto que no lo descartaría en un futuro.
Porque así como detallé que al
vivir en la misma casa que nos alivianó un montón el tema del estudio, también
hemos vuelto peleados de la facultad porque el pensaba una cosa y yo pensaba
otra. Obviamente discutíamos pero se pasaba en el momento. Además del estudio,
tenemos que tener en cuenta que yo trabajo con mi papá, el me coordina a mí.
Hay una relación permanente.
U.I. Oscar, ¿qué cosas te hacían
pensar que la relación padre – hijo se podía complicar?
(Oscar) Había algunas clases que
no le prestaban demasiada atención al docente y me parece que uno no aprovecha
la todo lo que le están brindando. Soy un convencido que uno tiene el
privilegio de estudiar, no es el derecho, es el privilegio, por lo tanto
debemos aprovechar todo lo que podamos de los docentes. Propio de la edad,
propio de los compañeros que uno tiene. Los más jóvenes se dispersan más rápido
y no le damos demasiada bolilla a este tema
o no vamos a fumar a fuera y nos perdemos a veces pequeñas perlitas que
son importantes para concluir una carrera. Eso puede ser lo que más me
fastidiaba, no las discusiones.
U.I. ¿Ahora qué tipo de trabajo
realizan?
(Oscar) Nos desarrollamos en
higiene y seguridad laboral y control ambiental, teniendo a cargo clientes
importantes. Nos tocan reuniones donde uno demuestra el acerbo que tuvo en la UFLO. Nos relacionamos
con otros profesionales, que viene de otras facultades, y uno tiene que saber
desenvolverse muy bien
U.I. Cuándo vos comentas que te
recibiste con tu viejo, ¿qué te dice la gente en la calle?
(Juan) Cuando yo lo cuento lo
hago con orgullo, a parte los dos nos recibimos con diploma de honor. En el
ámbito que se puede comentar, generalmente, es en el ámbito laboral. Allí
muchos sabían de nuestra historia. Se sorprendieron muchos cuando empezamos a
cursar juntos.
U.I. Cuándo le comentaste a tu esposa
que ibas a cursar junto a tu hijo, ¿Qué te dijo? ¿Qué pensó?
(Oscar) Mi esposa es arquitecta.
Cuando le dije que iba a estudiar higiene y seguridad laboral y control
ambiental me brindó el apoyo inmediatamente. Luego, casi me intimó: “¿Y si lo
entusiasmas (a Juan) con lo tuyo también?”.
Luego, cuando empezamos a cursar
juntos, tuvo la suficiente paciencia de esperarnos por nuestros horarios medio
complejos y de brindarnos el apoyo. Como digo siempre, si uno no tiene todo el
contexto difícilmente logre cosas. Por suerte le pude transmitir la disciplina
de estudiar cuando se debe estudiar, no importa si es sábado o domingo. Como
padre yo les digo que hay una etapa de mi vida que la cumplí. La única herencia
que les dejo a mis hijos es el conocimiento.