lunes, 15 de mayo de 2017

La Universidad de Flores estudia la dispersión de especies salicáceas en la cuenca del río Limay

A través de un grupo de investigadores encabezado por la ingeniera Ana María Faggi y el licenciado en Gestión Ambiental Leonardo Datri, un proyecto de la Universidad de Flores tiene por objeto establecer un modelo que explique la dispersión de una gran diversidad de especies salicáceas, como  sauces y álamos, a lo largo de los paisajes ribereños de la cuenca del río Limay.

La cuenca del río Limay, durante la etapa de la investigación

Asociando cada especie con su localización, el estudio analiza determinados factores como la estabilidad de aquella localización respecto a la erosión de la costa y la fluctuación del régimen de inundaciones y sequías a lo largo de la historia reciente del río. Además, se busca comprender cómo las urbanizaciones, la introducción de especies a los valles irrigados y el cambio climático incidieron en las composiciones de la vegetación y la fauna ribereñas.

“Los bosques ribereños son excelentes ‘sensores’ de los cambios naturales o antrópicos que se producen en los puntos más alejados de la cuenca”, explica el Lic. Datri. “Nos permiten detectar en forma temprana las implicancias de un cambio en el futuro cercano a nivel del paisaje ribereño, y esa es la trascendencia de nuestro trabajo. No sólo explicar por qué estas especies exóticas llegaron a donde llegaron, sino también saber interpretar qué nos dicen a través de la historia y qué nos anticipan”.

Durante las últimas décadas, el río Limay experimentó varios procesos de cambio a lo largo de su recorrido. El auge de la fruticultura, la introducción de distintas especies de sauces y álamos y la construcción de represas configuraron el paisaje ribereño actual. Sin embargo, ¿qué pasa en los ríos de la misma cuenca que no tienen los factores de regulación artificial, ni siquiera natural de los lagos que desaguan al Limay en sus nacientes? En un proyecto previo, los investigadores de la UFLO advirtieron que otros ríos con ambientes más inestables también contaban con importantes colonizaciones de bosque ribereño de sauces y hasta cipreses.

Combinando datos de origen hidrológico (régimen de los ríos), posición geomorfológica (tipo de superficie producida por el río sobre la que se encuentra la planta) y la edad de la planta (dendrocronología), los especialistas arribaron a una respuesta.

Los investigadores de la UFLO trabajaron en las causas de la dispersión de la especies

“Algo estaba cambiando allí –precisa Datri–, y era el régimen del río que tiende a aumentar la frecuencia de periodos de sequías más prolongados y caudales mínimos medios más bajos. Esto produce que superficies antes inestables, ahora puedan ser colonizados por sauces de crecimiento rápido y a partir de ramitas que van flotando por el río (lo que nosotros llamamos reproducción asexual). Y, como si fuera poco, ciertos bordes son más estables gracias al sauce y otras superficies más estables aun de la planicie, ahora son colonizadas por varias especies nativas como el Ciprés, el Chacay y Laura. Además de que los bosques de sauces restringen algunos competidores del ciprés como las gramíneas”. El especialista en Gestión Ambiental destaca que para el estudio utilizaron el programa SOPI, un dispositivo de procesamiento digital de imágenes desarrollado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).

Los resultados les permitieron a los investigadores tener una idea de la composición de la diversidad vegetal y su distribución a lo largo de un río patagónico como indicadora de los procesos de cambio a nivel de cuenca.

“Nuestros objetivos incluso fueron superados”, señala Datri. “De la historia de cada árbol no sólo sabemos cómo llegó y cuándo allí, sino que también pudimos deducir los cambios en los ciclos de los ríos. Además creemos que, pese a la tendencia a la reducción de los caudales promovidos por el cambio climático, la frecuencia de crecidas extraordinarias se mantiene. ¿Qué quiere decir esto? Que si bien los ríos van a tender a traer menos agua, nosotros demostramos que se mantiene la recurrencia de crecidas extraordinarias. Entonces, cuando creemos que una zona es más estable, en realidad lo es sólo en una fracción de tiempo. Sólo que están colonizadas por álamos y en algunos casos por sauces, porque son plantas oportunistas que viven poco y aprovechan la oportunidad hasta que una crecida las remueve. Y esos son los troncos que recurrentemente vemos flotando por los ríos…”.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Se presentó el libro “La coherencia sin límites de Jorge Scrimaglio”

Escrito por Federico Pastorino, docente e investigador de la Universidad de Flores, el trabajo analiza la obra del reconocido arquitecto rosarino.

Echar luz sobre una obra que reclamaba difusión fue la premisa de Federico Pastorino a la hora de escribir La coherencia sin límites de Jorge Scrimaglio, libro que recorre y analiza el trabajo de uno de los arquitectos más importantes de nuestro país. Pastorino tuvo acceso a material de Scrimaglio inédito hasta el momento como obras, proyectos no construidos como arquitecto y como estudiante, equipamiento y diseño gráfico desarrollados entre fines de la década del 50 y principio de los 2000.


El libro fue presentado ayer en la Universidad de Flores, donde Pastorino es docente e investigador. Además del autor y representantes de la UFLO, en el acto también estuvo presente el propio Scrimaglio, quien agradeció el reconocimiento. “Este trabajo aparece de manera providencial. Yo quería que mi trabajo se diera a conocer y el destino quiso que me cruzara con Federico. Celebro que esta Universidad haya acompañado el proceso”, expresó el arquitecto oriundo de Rosario.

La vicerrectora académica, Arq. Ruth Fische, destacó las “dos situaciones virtuosas que gestaron el libro: por un lado, una obra que nunca había sido publicada, y por otro, un doctorando que encontró su tema de tesis (el libro fue el resultado de la tesis doctoral de Pastorino en la Universidad de Navarra)”. Por su parte, Daniel Ventura, director de la carrera de Arquitectura de la sede Buenos Aires y a cargo de uno de los prólogos, mencionó que tanto la obra de Scrimaglio como la de Pastorino “tienen en común ofrecer respuestas que generan nuevas preguntas”.

“El trabajo fue producto de muchas casualidades y situaciones afortunadas como la posibilidad de estudiar afuera, obtener una beca y, lo principal, que Scrimaglio acceda”, señaló el autor. “Su obra es muy valorada en Rosario e incluso internacionalmente, pero había poco material disponible. Entonces entendí que estaba frente a una caja, como una de los trabajos de Scrimaglio, y tenía que abrirla”.

La coherencia sin límites de Jorge Scrimaglio aborda cuatro ejes principales. En primer lugar, la metodología de trabajo de Pastorino, donde el autor explica su acercamiento a la producción de Scrimaglio, lo que implicó replicar sus modelos a escala. Luego, hay un relevamiento histórico que repasa la formación del arquitecto, en el que se incluyen entrevistas a pares y alumnos, y un exhaustivo análisis –tanto gráfico como escrito– de todas sus obras. El último tramo del libro está reservado para las conclusiones.

“Yo veo a sus obras como una totalidad. El desafío fue encontrar en cada obra un tema que les permita relacionarse entre sí. Fue muy didáctico y ojalá este libro abra la puerta para otras investigaciones”, concluyó Pastorino. Por el momento, la deuda con uno de los referentes de la arquitectura local está saldada.