Un grupo de investigadores
ha desarrollado un sistema de saneamiento ambiental que consiste en la
utilización de bio-rollos con vegetación autóctona para disminuir los niveles
de metales pesados concentrados en el agua. Los espacios recuperados con este
sistema se convertirán en áreas recreativas para los vecinos, con un parque
demostrativo y senderos auto-guiados.
(CABA-16/3/2015 ) Un grupo de investigadores del Laboratorio Bio- Ambiental de Diseño y la Facultad de Ingeniería de
la Universidad
de Flores (UFLO) afronta la contaminación en la Cuenca Matanza –
Riachuelo con un sistema innovador que permite la remediación a través del uso
de especies vegetales nativas.
El
proyecto se desarrolla en conjunto con la Agencia de Protección Ambiental del Gobierno de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, con el objetivo de desarrollar un Plan de Manejo y gestión de los
ambientes ribereños de la cuenca baja del Matanza – Riachuelo.
El
director del proyecto, Sebastián Miguel, resaltó que “resulta oportuno trazar
un plan de manejo y gestión de los ambientes ribereños incorporando procesos de
fitorremediacion con plantas nativas de la región”.
La
fitorremediación, detallan desde la
UFLO , es una técnica que permite la mitigación de la
contaminación tanto en ambientes acuáticos como terrestres. Si bien, algunas
plantas tolerantes están ahora disponibles para la restauración de ambientes,
existe un continuo interés en buscar plantas tolerantes nativas que se adapten
a las condiciones climáticas locales y sean capaces de colonizar ambientes
contaminados.
Algunos
estudios que acompañan el proyecto, han determinado “la presencia de macrófitas
tolerantes a los elevados niveles de metales pesados presentes en las riberas
de la Cuenca Baja ,
siendo además acumuladoras de cobre, zinc, cromo y plomo fundamentalmente en la
raíz en interacción con las micorrizas arbusculares”. Debido a las diferencias
entre las distintas especies en cuanto a la susceptibilidad a la presencia de
contaminantes y a la tasa de remoción de los mismos, la dinámica de
contaminantes en los humedales puede depender de la composición de la comunidad
de plantas.
El
espacio del proyecto se despliega en una escenografía natural sobre la costa de
100 metros
lineales. Dicho lugar deberá tener una ribera apta para el desarrollo de las
técnicas de fitorremediación, contar con accesibilidad desde la trama urbana de
la ciudad y estar cerca de un área residencial para que pueda ser utilizado
como espacio urbano recreativo de los habitantes.
Además,
se plantea trazar un sendero auto-guiado con señalética diseñada especialmente
para esta propuesta “que permita la explicación y el entendimiento de las
técnicas desarrolladas, la valoración del ambiente ribereño y la
concientización ambiental”.